viernes, 16 de marzo de 2012

Eduardo Halfón: Mañana nunca lo hablamos




Los recuerdos de infancia de un muchacho centroamericano de los años setenta pueden resultarnos más o menos lejanos, de acuerdo con la curiosidad de cada quien. Sin embargo, este libro del guatemalteco Eduardo Halfón (Ciudad de Guatemala, 1971) tiene la suficiente calidad como para atraer la atención de cualquier buen lector. Son diez episodios de la vida del escritor, nacido en una familia acomodada de origen judío. El gran terremoto de 1976, la experiencia de un tumor cerebral o unas sesione adivinatorias con los restos de un café, son algunas de las vivencias que el autor invoca con rara expresividad y estilo contenido. Más allá del estrecho círculo de la infancia, de la burbuja idílica de amigos y familiares, hay un mundo de miseria y prejuicios que el niño narrador apenas intuye, pero que poco a poco se va desvelando. El modo con que se divisa esa frontera impuesta por los adultos –eso de lo que nunca se habla-, es el hilo común que engarza todos los capítulos del libro.
¿Memorias de infancia o volumen de cuentos? Al lector común esta cuestión le importará relativamente poco. Lo que de verdad interesa es señalar la alta calidad de su escritura .

Eduardo Halfón: Mañana nunca lo hablamos, Valencia, Pre-textos, 2011.
(publicado en Nuestro tiempo, enero-febrero 2012)