jueves, 2 de junio de 2011

Claudia Piñeiro: Tuya


Todo comienza cuando Inés, una señora de mediana edad, descubre que su marido le es infiel al encontrar dentro de los papeles de su maletín el dibujo de un corazón con lápiz de labios y la firma de “Tuya”. A partir de aquí, “Tuya” se convierte en una obsesión patética de Inés que va desvelando su mezquindad conforme se enreda la trama y el suspense se hace patente. Inés calla su descubrimiento y sigue a su marido durante días hasta que descubre quién es su amante. La historia va dando varias vueltas de tuerca y, paulatinamente, la que era un ama de casa convencional empieza a volverse una asesina en potencia. Junto a la acción principal, están los problemas de Lali, la hija única que vive un drama a espaldas de sus padres. Sin duda la desconexión con su madre es uno de los alicientes más auténticos de la novela, además de uno de los ingredientes más potentes para crear el efecto de suspense que persiste hasta el final.
La narración se desgrana mediante tres registros diferentes: los informes forenses, las conversaciones telefónicas y la voz histérica de Inés. Lejos de complicar la historia, este recurso le presta una mayor agilidad. Claudia Piñeiro combina hábilmente pasajes escritos desde distintas perspectivas, pero todos ellos unidos por una sobriedad estilística que recuerda al guión audiovisual. No en vano la autora ha sido guionista de televisión
Como en su notable Las viudas de los jueves, Piñeiro recurre a las posibilidades narrativas que ofrecen los desequilibrios íntimos de una respetable familia burguesa. Pocos personajes son necesarios, por cierto, para conformar la acción de esta novela entretenida y  apasionada. El egoísmo de la madre, las infidelidades del padre y la vida desordenada de la hija única adolescente forman un cóctel que, después de agitarlo bien, desemboca en un thriller fuerte y de consecuencias imprevistas.

Claudia Piñeiro: Tuya, Barcelona, Alfagura, 2010.

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